DIETA DE PRIMAVERA

La primavera es una época de cambio y renovación. Al igual que todos los seres de la naturaleza, nuestro organismo debe depurarse durante la primavera. Una dieta adecuada es la mejor manera de conseguir esta renovación

En la primavera toda la naturaleza se activa para dejar el letargo del invierno. Las plantas renacen produciendo ejemplares cada vez más verdes, frescos y llenos de vida. Los animales se muestran más activos, muchos de ellos con las crías pequeñas que empiezan a comer y corretear junto a sus padres.

La primavera es también una época de renovación para las personas. Después del frío del invierno, el organismo debe prepararse para afrontar el calor del verano. Nuestro organismo necesita depurarse para poder regenerarse. Necesitamos librarnos de las toxinas y acumular principios que nos ayuden a provisionarnos de energía y dinamismo.

La alimentación juega un papel muy importante durante esta estación. Nuestro organismo necesita alimentarse adecuadamente para conseguir depurarse y renovarse. Para ello, la naturaleza dispone durante esta época del mayor arsenal de nutrientes disponible.

Verduras de primavera. El valor de la clorofila

Las verduras y hortalizas son los alimentos más abundantes durante la primavera. Los supermercados, tiendas de alimentación, verdulerías, mercados al aire libre, campos de cultivo, etc, están llenos de diferentes alimentos verdes que aportan toda su riqueza en vitaminas, minerales y otros fitonutrientes. Calcio, fósforo, vitamina C, vitamina A, ácido fólico, antioxidantes, etc. son vocablos omnipresentes en los alimentos de esta estación y son los que, en definitiva, consiguen depurarnos y renovarnos.

La primavera es la época de lo verde porque en ella predomina la clorofila. La clorofila es el responsable de la verdor de nuestros alimentos. Este componente, contribuirá a tonificar nuestros músculos, y nuestro aparato digestivo, calmará nuestros nervios y dará salud a nuestro corazón. La clorofila no solamente depurará nuestro interior, sino que tonificará y cicatrizará las heridas del exterior, reforzará la salud de nuestra piel, renovándolo y haciéndola lucir con mayor lozanía. La clorofila también nos ayudará a evitar el estreñimiento, y a eliminar las toxinas al aumentar la diuresis, por eliminación del exceso de líquidos acumulado en el organismo.

Se ha valorado el papel de este componente en la regeneración del hígado, en el incremento de las defensas y en el aumento del vigor corporal. La clorofila ayuda a mantenernos mas sanos al prevenir la aparición de enfermedades. La clorofila tiene una estructura molecular muy parecida a la de las células rojas de las sangre. La ingestión de alimentos ricos en clorofila tiene una capacidad muy grande de regenerar las células sanguíneas. Por ello, la clorofila tiene una gran importancia en el control de la anemia.

Así pues, los alimentos verdes deben ser la base principal de nuestra alimentación en primavera. Buscaremos pues aquellos alimentos llamados de » hoja», lo más tiernos y jugosos posibles para que nos aporten todos sus abundantes líquidos, plenos de frescura en esta estación.

Ensaladas durante la primavera

Conviene recordar que muchos de sus componentes solamente son válidos si los comemos crudos. La cocción estropea o disminuye sus propiedades así que deberíamos cocerlos lo menos posible y, sobre todo, comerlos crudos, en forma de ensaladas. Las ensaladas deberán ser sencillas, naturales, realizadas con las verduras de temporada, como espárragos, lechugas, cebolletas, rábanos, puerros, zanahorias, etc .

A todas estas verduras cultivas se pueden añadir otras serie de verduras silvestres comestibles que contribuirán a dar un toque de exotismo y sabor a las ensaladas. El campo se encuentra lleno de hojas silvestres con propiedades alimentarias reconocidas. Muchas de ellas son especialmente recomendadas por sus componentes depurativos, ideales para la eliminación de las toxinas. Son aquellas que tienen un sabor especialmente amargo o picante, como las hojas de diente de león , el trébol, la achicoria , la borraja o la verdolaga. Estás mismas ya pueden encontrarse en las tiendas procedentes de variantes cultivadas, aunque es preferible conseguirlas de las variedades silvestres.

Otras verduras silvestres también pueden encontrarse en el campo, aunque, resulta más fácil y seguro, comprarlas directamente en la tienda: berros, canónigos, apio, rúcula, etc. Mezclados en cantidades moderadas contribuirán a aportar sus numerosos e interesantes nutrientes y a desintoxicar el organismo.

No debería despreciarse la importancia de los germinados en este dieta de primavera. El proceso de germinación produce brotes verdes que son muy ricos en clorofila, aumenta la digestibilidad de las legumbres y dispara el desarrollo de enzimas. Cuando comemos germinados, especialmente en los primeros y días de germinación, las enzimas actúan como catalizadores de diferentes funciones corporales ( suministro de energía, neutralización de las toxinas, limpieza y regeneración celular, aumento de la energía, etc). Los germinados deben comerse crudos dentro de las ensaladas y constituyen un auténtico catalizador para la renovación primaveral.

Las ensaladas pueden aromatizarse con flores comestibles de diferentes especies que ahora se muestran en el campo como onagras, buglosas, caléndulas o margaritas. Para terminar de darles un toque de sabor podemos utilizar una multitud de semillas, hojas frescas secas y frutos de plantas aromáticas como romero, salvia, albahaca, anís, menta, orégano, perejil, etc.

Algunas ensaladas muy interesantes son, por ejemplo:

– Ensalada de berros

– Berros con achicoria

– Ensalada variada

Cocinados sí, pero ligeramente

A la hora de preparar las verduras y hortalizas, si se trata de comerlas cocinadas, se deberá recurrir a cocciones poco agresivas para que se mantengan la mayoría de los principios nutritivos. Se prescindirá de métodos poco recomendados como la olla a presión, los horneados prolongados o los estofados.

En su lugar resulta más conveniente un ligero escaldado de las verduras y hortalizas de manera que estos alimentos cuando lleguen al plato presenten una textura crujiente, señal inequívoca de que han sido ligeramente cocinados. Pueden saltearse ligeramente las verduras utilizando como base el aceite o el el agua. Cocinar al vapor es un método muy recomendado, con el cual se mantiene adecuadamente el sabor y las propiedades de las verduras.

Entre las principales verduras u hortalizas que podemos cocinar durante esta época tenemos por ejemplo: alcachofas, espárragos, guisantes, acelgas, borrajas, habas, acederas, etc.

Cereales y legumbres en primavera, fuente de energía y proteínas

En la dieta de primavera las verduras y hortalizas deberán combinarse con otros grupos de alimentos para obtener la energía y las proteínas adecuadas. Conseguir energía a partir de la ingestión de alimentos vegetales, como los cereales, tiene la ventaja respecto a conseguir energía de los alimentos de origen animal. Los cereales no contienen colesterol por lo que no favorecen la aparición de muchas enfermedades circulatorias. Los cereales carecen de ácido úrico, responsable de atacar las articulaciones y ocasionar muchos dolores a los enfermos de gota o a las personas con artritis. Los riñones o el hígado de las personas que comen alimentos vegetales deben trabajar menos para depurar las toxinas superiores que contiene la carne. Además, las grasas que contienen los cereales, presentes en el germen, son poliinsaturadas, por lo que resultan más beneficiosas que muchas grasas animales que, en muchos casos, son saturadas.

No hay que olvidar la importancia de los cereales como fuente de fibra, vitaminas y minerales, especialmente los cereales integrales.

Los cereales, principalmente cereales integrales, se tomarán hervidos combinados con legumbres o con otras verduras. Algunos platos interesantes durante esta época pueden ser los platos de cuscús, platos de pasta con verdura, platos de arroz, etc

Las legumbres constituyen otro de los alimentos que debemos incluir en la dieta de primavera. Las legumbres son la principal fuente de proteína vegetal y contienen elevadas cantidades de hidratos de carbono, fuente de energía, fibra minerales y vitaminas. Las legumbres, a diferencia de las verduras y hortalizas, deben cocerse adecuadamente para que no resulten indigestas. Combinan muy bien con las verduras y, resultan complementarias con los cereales para formar composiciones equilibradas de aminoácidos. Las legumbres secas pueden adquirirse en cualquier estación del año, pero, durante la primavera, disponemos de legumbres frescas como guisantes y habas.

Los guisantes son especialmente interesantes para el control del colesterol y la estabilización de los niveles de azúcar en la sangre. Muy ricos en betacarotenos, acido fólico, hierro fósforo y manganeso.

Las habas, cuando son muy tiernas, pueden comerse crudas. En caso contrario, se pueden utilizar en platos diferentes como estofados, sopas, con arroz, etc. Son muy ricas en proteínas, vitamina B, Vitamina C, fósforo, potasio, magnesio y hierro. Nos ayudarán a limpiar los riñones y a prevenir los ataques de tos.

Entre los platos interesantes de legumbres y cereales podríamos mencionar los siguientes:

– Habas a la cazuela

– Puré de garbanzos, sopa de lentejas, puré de lentejas y espinacas.

Frutas frescas también en primavera

Las frutas nos proporcionan vitaminas, minerales y fitonutrientres muy importantes durante esta época. Aunque la primavera no es la época por excelencia de la fruta, podemos disponer de algunas frutas de temporada muy jugosas y nutritivas. Comer fruta en primavera, especialmente si es fruta fresca y, sobre todo, la que procede de cultivos biológicos, no ayudará a hidratar y a depurar nuestro organismo.

Es interesante comer la fruta entre las comidas para que puedan aprovecharse mejor todas sus propiedades y para una mejor digestión. Comer frutas a media mañana o a media tarde, entre comidas a modo de tentempié será la manera ideal de incluirlas en esta dieta.

¿Cómo eliminar las toxinas en primavera?

Una dieta depurativa adecuada, combinada con un ayuno prudente y controlado por el especialista, es la forma más adecuada de empezar a regenerar el organismo y conseguir una nueva vitalidad durante la primavera.

Si queremos mantener una dieta depurativa de primavera conviene prescindir de las grasas saturadas, azúcares refinados, alcohol u otras drogas, alimentos procesados, fritos o ahumados . Todos ellos constituyen un riesgo para la salud y la ingesta de estos alimentos debe ser mínima.

EJEMPLO DE DIETA PRIMAVERA

Desayuno

Infusión con limón y diente de león

1 pieza de fruta (mejor manzanas)

Crema de cebada con 2 cucharadas de semillas (semillas de calabaza, de girasol, de sésamo, de lino, de chía)

Media mañana

Zumo depurativo: 1/2 manzana, 1/2 zanahoria y un poquito de apio

Almuerzo

Sopa primaveril (shitake, hinojo, cebolla, miso blanco o miso de cebada)

Brotes de alfalfa con ensalada (zanahoria y nabos)

Tempeh con cus-cus

Almuerzo 2

Sopa primaveril

Ensalada de pepino y apio

Arroz integral con tofu

Almuerzo 3

Sopa primaveril

Mijo con calabaza y semillas de calabaza y girasol

Cena

Crema de coliflor con nueces y unos brotes de alfalfa por encima

Pan germinado de espelta

Cena 2

Crema de puerros y unos brotes de soja por encima

Cus-cus con habas, cebolla y ajo

Cena 3

Crema de calabaza

Tempeh con judías verdes

Merienda

Fruta fresca con canela

 

Scroll al inicio